Los cables eléctricos tienen un amplio rango de usos comunes en diversas industrias y aplicaciones. En el sector de la construcción, se utilizan extensamente para la instalación eléctrica de edificios, proporcionando energía eléctrica a viviendas, comercios e industrias. Esto incluye alimentar sistemas de iluminación, tomas de corriente, calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), así como elevadores. En la industria del transporte, los cables eléctricos se emplean en sistemas automotrices para el control del motor, iluminación, infotenimiento y características de seguridad, además de en vehículos eléctricos para la carga de baterías y la transmisión de potencia. En el sector energético, los cables eléctricos de alta tensión son fundamentales para transmitir electricidad a larga distancia desde las plantas de generación de energía hasta las subestaciones y redes de distribución, mientras que los cables de media y baja tensión se utilizan para la distribución local de energía dentro de las comunidades. En la industria de las telecomunicaciones, los cables se usan para transmitir señales de datos para servicios de internet, teléfono y televisión, incluidos los cables de fibra óptica para la transmisión de datos de alta velocidad. Las aplicaciones industriales también dependen de los cables eléctricos para alimentar maquinaria, controlar procesos automatizados y monitorear equipos. Además, los cables eléctricos se utilizan en sistemas de energía renovable, como granjas eólicas y plantas solares, para recopilar y transmitir la electricidad generada. También son esenciales en aplicaciones marítimas y aeroespaciales, donde cables especializados están diseñados para resistir entornos adversos y garantizar conexiones eléctricas confiables.