Los cables de potencia de baja tensión desempeñan un papel vital en la distribución de energía eléctrica dentro de edificios, hogares y sistemas eléctricos a pequeña escala. Estos cables están diseñados para operar a voltajes generalmente inferiores a 1000 voltios, lo que los hace adecuados para una amplia gama de aplicaciones, desde circuitos de iluminación y electrodomésticos hasta equipos industriales pequeños. Los cables de potencia de baja tensión suelen tener múltiples conductores, que pueden organizarse en diversas configuraciones dependiendo de las necesidades de potencia y el número de circuitos requeridos. Los conductores suelen ser de cobre o aluminio, prefiriéndose el cobre por su superior conductividad eléctrica y fiabilidad en la mayoría de los entornos residenciales y comerciales. Los materiales de aislamiento, como el PVC o el XLPE, se utilizan para proteger los conductores, prevenir fugas eléctricas y garantizar la seguridad. El aislamiento de PVC es comúnmente utilizado por su accesibilidad y facilidad de instalación, mientras que el XLPE ofrece una mejor resistencia térmica y química, lo que lo hace adecuado para entornos más exigentes. Se aplican revestimientos exteriores a los cables de potencia de baja tensión para proporcionar protección adicional contra daños físicos, humedad y abrasión. Estos cables están disponibles en diferentes tamaños y clasificaciones para acomodar cargas de corriente variables, y su diseño e instalación deben cumplir con estrictos códigos y estándares eléctricos para garantizar la distribución segura y eficiente de la energía eléctrica en sistemas de baja tensión.