En la construcción, se emplea una amplia gama de cables para cumplir con diversos requisitos eléctricos. Los cables de un solo núcleo sólido se utilizan comúnmente para la instalación fija en paredes, techos y tableros eléctricos debido a su estabilidad y durabilidad, proporcionando una conexión confiable para instalaciones a largo plazo. Los cables trenzados, compuestos por múltiples conductores finos, ofrecen mayor flexibilidad, lo que los hace adecuados para aplicaciones donde sea necesario un movimiento o doblado frecuente, como en tomas de corriente, interruptores y conexiones de electrodomésticos dentro de los edificios. Los cables blindados, que cuentan con una cubierta metálica protectora, son ideales para instalaciones al aire libre y áreas donde el cable pueda estar expuesto a daños físicos, ofreciendo una protección mejorada contra el estrés mecánico, la humedad y los roedores. Los cables resistentes al fuego con materiales de aislamiento especiales son cruciales en edificios comerciales y residenciales, diseñados para mantener la integridad del circuito durante un incendio, permitiendo que los sistemas de emergencia sigan funcionando. Además, los cables libres de halógenos y baja emisión de humo (LSZH) son cada vez más populares en la construcción, ya que reducen la liberación de gases tóxicos y humo durante la combustión, asegurando la seguridad de los ocupantes en caso de incendio. Estos diferentes tipos de cables en la construcción se seleccionan en función de factores como el entorno de instalación, la carga eléctrica y los requisitos de seguridad para garantizar sistemas eléctricos eficientes y seguros.